Punto de salida
Salida suave soltando piernas a contraviento por el muro del río. Se inicia la subida al pantano y el ritmo sigue siendo suave. Será por la edad pero cada vez duramos más en soltar piernas, por suerte y como veréis siempre nos guardamos balas para el final.
Duros repechos en la vía paralela al pantano, ya nos los conocemos al centímetro lo que no impide el sufrimiento. En principio íbamos a dejarnos caer por el Campico San Miguel pero dado el fuerte viento que se nos podía presentar optamos por descender al cauce seco del pantano.
Por los alrededores del pantano
Tras el descenso y ya en el lecho afrontamos la dura subida seguida de una divertida bajada. Nos encontramos con un obrero que esta poniendo un monumento ciclista por lo que irremediablemente paramos para las foto de rigor y charlar un poco. Hay que ver el esmero y cariño que pone el ayuntamiento huercalense en todos sus parajes, ya podían aprender el resto de municipios...... Al fondo se ve Santa Barbara y la atravesamos al ladrido de los perros que nos dan la bienvenida.
Monumento a los ciclistas
Junto al artifice de esta maravilla
Pues ya estamos de nuevo en pista forestal con subidas no muy largas pero que también suman. Algún cruce dudoso nos lleva a la empresa de camiones que hay junto a la autovía. Pie a tierra para atravesar un paso subterráneo y seguimos pie a tierra entre hierba a buena altura y por rambla impracticable. Por suerte damos con un camino conocido en una de nuestras anteriores exploraciones lo que no nos impidió tener algún despiste más adelante aunque ya subidos a nuestras monturas.
Más perdios que las ratas
Al fin estamos en la pista que bordea la Sierrecica aunque decidimos subir por su vertiente Norte que es mucho más vistosa. Ascenso a ritmo constante con algún tramo un poco más duro en su tramo inicial aunque más arriba la pendiente se suaviza aunque seguimos tomando altura.
El viento seco y aponientado hace que las vistas sean espectaculares sin nada de bruma lo que nos dejaba ver desde un mismo punto nieve en la Tetica, Sierra de los Vélez y Sierra Nevada. Poco antes de coronar procedemos al avituallamiento que ya nos hemos "cascado" casi toda la subida y llevamos más de 35 kms.
Avituallamiento con buenas vistas miraras donde miraras
Sierra Nevada
Continuamos la marcha por la pista casi llana que bordea toda la cima de la Sierrecica, nuestro destino es el descenso por la senda de los Menas, único tramo desconocido hasta el día de hoy. El inicio es por pista y en suave descenso pero la pista acaba y ante nosotros un tremendo repechón con una senda poco definida. Momento de dudas pero por unanimidad se decide ir para adelante, sabíamos que la senda llegaba a la carretera pero no sabíamos como sería el trazado. Algunos tramos se hicieron a pie pero otros no y éstos últimos justificaban el pateo anterior. La senda merece la pena.
Llegamos a Overa y nos dirigimos hacia el río con la satisfacción de haber hecho una ruta bastante completa, ya solo nos quedaba tomar la vía de servicio y poco más.. pero aquí se produjo una revolución. Al paso por el puente de los Grajos se escuchan tambores de guerra y nos encontramos con el repechón que dictaría sentencia. Aquí decido pegar un tironcillo final y tanto Pincho como sobretodo Perales recogen el guante...y a 200 pulsaciones o más para arriba dándolo todo.
A partir de aquí cualquier excusa era buena para lanzar un ataque tanto en subida como en llano y bajada. El pobre Raúl se mantuvo al margen de la guerra pero para no descolgarse también tuvo que apretar lo suyo, daños colaterales que lo llaman. Desde aquí le pido perdón pero es que la vía de servicio es sosa y hay que aliñarla como sea. El resultado de los piques no lo voy a decir para no dejar en evidencia a nuestro "abuelo".
Una tregua en la vía de servicio
Ya en Cuevas procedemos a despedirnos y cada mochuelo a su olivo. 58 kilómetros que no están nada mal y casi 1100m de acumulado. Las piernas bastante castigadas sobretodo por los arreones finales.
Eso de "para no dejar en evidencia a nuestro abuelo" es precisamente lo que, con muy mala uva, pretende dejarme en evidencia. Que todo el mundo sepa que el abuelo no fue descolgado en ningún arreón; pero sólo ha sido en esta ocasión porque en las próximas ya sí que me quedaré, la edad no perdona. En cualquier caso, y a pesar de esa pequeña dosis de mala lechecilla (y no dejar constancia de tu reconocimiento a mi arte como cámara y fotógrafo), HAS HECHO UNA BUENA CRÓNICA, acorde con la etapa.
ResponderEliminarOs recomiendo a todos los vanderutas que la hagáis. Es completa y tiene una senda de cazadores un poco antes de llegar a Overa cuya bajada es más bien para intrépidos. Ahí la tija telescópica neumática de mi sillín me demostró que vale lo que he pagado por ella (y también los frenos).
Pero Pedro como puedes ser tan mal pensado...jejeje. Es cierto que no he reconocido el merito de haber hecho las fotos pero es que como decía Bilardo: "Al enemigo ni agua"
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