jueves, 18 de noviembre de 2010

VandeRuta 2º puesto en descenso de coches locos

Tras muchos años viendo desde las barreras de paja... jajaja he dicho pa... las carreras de coches locos y diciendome a mi mismo que tenía que participar algún día, éste pasado domingo de San Diego conseguí cumplir un sueño.

Las cosas a veces se presentan de la forma más inesperada, la mañana del viernes charlando con mi compañero de trabajo le comento lo de la carrera, rápidamente me responde que ante mis ojos, pero oculto por las malas hierbas se encuentra un coche con el que participaron el año pasado en esta misma carrera...
Mis ojos se iluminaron y una bombillita brillo en mi cabeza, tenía que poner en marcha ese coche sea como fuere.
Le hago el compromiso al propietario, nuestro Flabio Briatore particular, para que me preste a su coche y a su hijo como copiloto, yo conseguiría convencer al piloto y a mi me tocaría la parte de contra peso y empuje.
La mañana del sábado tratamos de poner el coche a punto, todo marcha bien, lo tuneamos de la mejor manera que nos permitía el poco tiempo de que disponíamos, teníamos un buen coche, de eso no había duda.
Llega la mañana del Domingo, David, nuestro piloto y mecánico tarda en llegar más de lo esperado, los nervios empiezan a aflorar en el seno de los tres participantes y en el de nuestro jefe de escudería.
El nombre del Grupo... Los VandeRuta!!!
Por fin aparecemos en escena, en la plaza del Castillo nos esperan, Baltasar padre e hijo; tras inscribirnos pertinentemente aprovechamos la situación de ser los últimos para dar una vuelta caminando por el recorrido comentando con David los pormenores del trazado; para los rabotes no hay dudas... pero David es un Lorquino afincado en Pulpí y claro... Las calles de Cuevas le son desconocidas.
Dejamos a Baltasar padre en la compañía de las dos chicas de David, Montse madre y Montse la pequeñita de 5 años con más salero de todo Pulpí.
Vamos comentando la manera de afrontar las curvas... e incluso nos permitimos el lujo de ver a los primeros participantes afrontando la curva más peligrosa de la jornada (la de la puerta de la iglesia), tras tener las cosas más que claras volvimos a la parrilla de salida, no sería plan de quedarnos en tierra a estas alturas de la cosa.
David nervioso, Baltasar nervioso... y yo hecho un flan... van saliendo nos que nos preceden... ya queda menos... volvemos a repasar el plan entre los tres... curva a la derecha... empujar...
Llega nuestro turno... 3...2...1...0... comienzo a empujar como un loco, la pendiente de la cuesta del castillo alivia el esfuerzo pero justo al tratar de poner el pie en el lugar de reposo se me resbala metiéndose entre el carro y la barra de soporte... de llegar a apoyar la pierna la barra habría roto mi pierna derecha... la gente comienza a gritar y yo trato de salir del apuro colando la pierna bajo el coche, con la idea de no tocar ni el suelo y ni mucho menos las ruedas.
Fueron unos pocos metros, los gritos de la gente cesaron de golpe justo en el instante en que conseguí incorporarme, David no estaba ajeno a la situación, pero no pisó el freno y cuando supo que estaba nuevamente al 100% volvió a aferrarse al volante para tratar de volar por las calles de Cuevas.
En un instante llegamos a la curva marcada con la X en la mente de todos... la curva de la iglesia... traslado el peso de todo mi cuerpo hacia la derecha mientras que Baltasar aferrado a su posición de copiloto ayuda con el mismo gesto, rozando el bordillo y cortando el aliento de los espectadores que se apostaban a ese lado de la acera, tomamos la curva como un rayo...
El coche perdía inercia y salto para empujar hasta quedarme sin aliento... David saca su pierna izquierda para ayudarme a empujar... vamos tomando inercia... David y Baltasar trataban de empujar el coche a golpes de riñón... la meta hinchada de color rojo va creciendo hasta dejarnos pasar por su arco...
Nada más bajarnos nos comentan que vamos ganando por tiempo... y puesto que solo quedaba un coche por bajar, teníamos el segundo puesto asegurado
Vimos llegar al último, su ritmo era demoledor y su tiempo... increíble... nuestra marca era de 1:29 mientras que la de los vencedores fue de unos increíbles 1:20, nada más que 9 segundos nos sacaron!!!
A pesar de que el nombre de nuestro coche era de VandeRuta, pero no por ello éramos los únicos representantes del club... puesto que Juan Camacho y Benito participaron y ganaron el premio de originalidad, con su precioso... "autobus de los Simpson" vaya tela, que currao...
Tras todo esto vino la entrega de premios, y luego la celebración.

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