Después de hablar sobre la táctica a seguir en carrera durante el trayecto en coche, a las 8:00 am llegamos a Padules donde ya había gran cantidad de participantes. Aparcamos el coche y nos dirigimos a la plaza del pueblo para recoger los dorsales donde se encontraban los Mastrinkais en faena repartiendo números. De vuelta al aparcamiento nos encontramos con los Guazabike´s que ya andaban por allí y con Afis que ya había llegado de Almería. Descolgamos las bicis del portabicis, nos ponemos la equipación oficial del club, colocamos los artilugios (bomba, cuentakilómetros, bidones, etc) en la bicicleta, engrasamos las cadenas y, preparados para la guerra, partimos hacia la Salida.
Comenzamos el ascenso los cuatro vanderuta juntitos y un poco más arriba nos enganchamos con los Guazabike´s. Ellos llebaban un ritmo dosificador, desde mi punto de vista el más idóneo, y yo decido engancharme a su rueda mientras que Camacho coge un ritmo mayor y nos supera y Beltrán iba un poco a tirones aumentando y reduciendo el ritmo, Afis a su ritmo, luego me enteré que había tenido problemas de flato, se descolgó antes. Continuamos la subida remolcados por el Hombre Tranquilo de Guazabike´s, darle las gracias de nuestra parte, hasta que llegamos al segundo avituallamiento en las minas de Beires (1750m de altitud). Allí Beltrán, Camacho y yo decidimos apretar un poco el ritmo hasta coronar el collado de los Huertecillos (1926m de altitud, punto más alto de la ruta) para después lanzarnos como balas por el descenso de más de 10km que teníamos por delante.
Tras rodar unos 10km por pistas bastantes anchas Beltrán me comenta que no va muy bien y que tiene que parar a estirar porque los gemelos le están empezando a hacer chirivitas. Después de unos 5 minutos de estiramientos le impongo un ritmo flojillo para subir el segundo puerto de la jornada y el tio en vez de seguirme a rueda aumentaba el ritmo y me adelantaba, "donde vas, si vas jodido sigueme y no aprietes tanto" le decía yo, pero él erre que erre. Como yo me encontraba bien y todavía quedaban 40 km de carrera decidí poner mi ritmo y tirar para adelante. En esta parte de la ruta me pasó una anécdota curiosa, tras adelantar a varios participantes en la subida, llegué hasta un corredor que iba vestido de rosa y justo cuando estoy a su altura me dice "qué chaval te estoy subiendo todo el puerto", pensé vaya un flipao, vaya tela. Al minuto de decirme eso le levanté las pegatinas jajaja y ya no me vió más el pelo jajaja. Sobre el km 62 llegué al cuarto avituallamiento "Los Ortices" donde había un par de chavales que me preguntaron por el marica del Guerry, les comenté que este año se había jiñao y que no había venido a la carrera, es broma, les dije que estabas de boda.