Al bueno de Perales como si fuera miel
dos mil Moscas acudieron,
pero las muy arpías no murieron,
y nos dieron la ruta y a mi y a él.
Oda a la ruta de las mil moscas al estilo Félix María Samaniego
dos mil Moscas acudieron,
pero las muy arpías no murieron,
y nos dieron la ruta y a mi y a él.
Oda a la ruta de las mil moscas al estilo Félix María Samaniego
Por mucho que os diga no creeríais la experiencia vivida este sábado. La quedada era un tanto indeterminada, yo quedo con Álvaro que quiere subir a Almagro con la bici de carretera, los compañeros habituales del sábado se van cayendo por diversos motivos y en el punto de encuentro me encuentro al pobre Perales triste y apesadumbrado por el plantón que acaba de recibir. "Ya no respetan los años" gritaba al viento. Por suerte en la miniquedada ya eramos 3.
El inicio muy suave que hay que calentar, bueno no todos Álvaro venía desde Águilas y digo yo que habrá soltado las piernas a la altura de Terreros. Las primeras rampas hacia la mina de los Tres Pacos me dicen que hoy si voy a subir pero sufriendo. Esto de conocer tan bien una subida le quita la emoción....
En la mina como si cada uno de nosotros fuese un autobús vamos cargando moscas las cuales en subida no las puedes soltar dicho sea de paso. Continua la subida primeros repechos serios y el numero de moscas en aumento, sobretodo para el bueno de Perales que no se que néctar emanará por su piel pero a las moscas las vuelve locas. El resto también llevábamos lo nuestro encima.
Poco antes de llegar a los carteles Perales se adelanta unos metros y Álvaro decide apretar con el objetivo de tocar cima en las antenas. En este momento las moscas nos invaden a cada uno a millares. Una mano permanentemente golpeando el aire con el objetivo de espantarlas, la otra en el manillar. Por la Rellana mirando al suelo para no comer dípteros, aunque me consta que alguno ha comido. Al llegar al pie de las antenas Perales y yo decidimos hacer una parada para esperar a Álvaro que estaba tocando cima, en este momento la concentración era máxima. Es muy duro hacer una subida con tanto calor y con cientos de moscas en la cara, ha sido una prueba de resistencia mental. Álvaro desciende las duras rampas asombrado con la cantidad de insectos nunca había visto nada parecido, yo tampoco os lo aseguro.
Por fin descenso por asfalto y con la velocidad las moscas pasan a mejor vida, a la espera del siguiente ciclista incauto que se decida a ascender por la Rellana. Todo el descenso lo realizamos por asfalto para guiar al "carretero" hasta el cruce de San Francisco donde procedemos a la despedida ya que el va para Águilas vía Pulpí.
A Perales y a mi nos queda la vuelta que decidimos hacer por el mismo trazado por el cual habíamos bajado, en total 300 metros de desnivel más que no está mal aunque nuestro principal temor era que de nuevo en la subida se nos engancharan las dichosas moscas. El ascenso me ha costado tengo que reconocerlo aunque no tiene la dureza de la subida anterior. Las moscas aparecieron pero en mucha menor medida. Por suerte Perales no lleva prisa y lentamente reconquistamos Almagro. Las piernas y el calor nos ayudan a elegir el descenso, por asfalto por supuesto. Está muy bien esto de terminar las rutas a las 11.30, sobretodo en estas fechas. Y si la crónica comienza en verso el final no puede ser menos.....
No es del todo cierto
esa poesía que me atribuyes.
Años hace que su autor está muerto;
así... que le vayan metiendo fuego
a ese Félix de Samaniego
que nosotros seguiremos
con ese saludable juego
de darle a los pedales
por caminos y bancales,
y bien lo pasaremos
los jóvenes, los viejos y los zagales
y dejemos por hoy los versos
que nacen del cachondeo
de los insectos perversos
y del sufrido pedaleo.
Pedro Perales
Felicitaciones Perales Pedro
ResponderEliminary que cunda el ejemplo
cómo no teniamos bastante
con el poeta del levante
ahora nos sale otro Quevedo.