Fuenteovejuna (todos a una)

Muchas historias han quedado sin contar, permanecen en la mente de los protagonistas pero no han sido expuestas al público; pero la que hoy nos atañe es digna de mención y por ello no cabe otra opción que dejar constancia de ello.

Como cada mañana, en el lugar de reunión, vamos apareciendo los implicados; fieles a la cita establecida en las mañanas de los domingos, nos aglutinamos en el polideportivo.

La sorpresa de ver nuevamente a Juan Camacho y Damián contrastan con la ausencia de Andrés Camacho; los asistentes a la cita eran los siguientes: Juan González, Damián González, Baltasar Viudez, Miguel Morales, Juan Camacho, Víctor (el Boticario), El "Pollo", y Guerry.

El frío acaparaba todos los comentarios durante los minutos de espera de la cita, Fernando, nuevamente con problemas en sus ruedas (pinchelín) desiste de tratar de venir con nosotros pues una serie de calamidades le impiden tener las ruedas hinchadas más de unos pocos minutos.

Tras la deserción forzosa de Fernando se estipula una ruta llanita y costera, atravesando la Algarrobina y rondando las instalaciones del complejo tenistico y padel, aeropuerto, y posteriormente campo de golf, para transitar por Pueblo Laguna hasta Garrucha y tomar el camino hasta Antas, con el regreso a Cuevas por el Zorzo.

El frío no nos avandona durante los primeros kms, parecía que en ocasiones fuésemos atravesando bolsas de aire frío que nos hacían estremecernos, los kms van pasando poco a poco a nuestros contadores sin la menor incidencia.

El puesto de los malacatones

Llegamos hasta el lugar de Avituallamiento habitual, la portada de entrada al Valle del Este, las caras de las pobres (entre comillas porque pa estar en el campo de golf, pobres... mu pobres... no son) almas que nos veían eran un poema... con nuestras viandas en mitad de la zona ajardinada pegándole tientos a una petaca y comiendo a "galillo de pavo" los dátiles, almendras e higos secos con que contábamos.

la petaquica d'anís

La cosa se torna rara en los caminos de Antas, el frió va disminuyendo y la relajación es mucha, el plan de ruta se va siguiendo a la hora estipulada para cumplir el objetivo de llegar a buena hora a las calles de Cuevas.

Baltasar, antuso de nacimiento y amante de compaginar ocio y trabajo, nos convence para pasar por sus huertos de cítricos y de esta manera nosotros conocemos vericuetos nuevos mientras él pasa inspección a sus frutales.

Tras pasar con éxito el examen visual y quedarse satisfecho, Baltasar nos insta a conocer su cortijo, donde se encontraban sus queridos padres; en este momento Juan Camacho se percata de que su rueda trasera está pinchada... ohh cruel destino, pa una vez que la saca y le castigas!!!


Juan maldice y opera su rueda herida (ora et lavora), ayudado por Juan González y acomapañándole en el sentimiento el resto de la comitiva.


Subsanado el problema de perdida de aire trasero (de flatulencias no hablemos que algún tufo se le escapaba a más de uno) tomamos el camino en dirección al cortijo de Baltasar, en mitad del camino nos topamos con la madre de Baltasar y un precioso Golden Retriever de tamaño considerable, saludamos a la progenitora de Baltasar... todo va bien (o eso creemos).


En el preciso instante en que nos encontramos a las puertas del cortijo... una nube negra se cierne sobre nuestras cabezas (recurso estilístico... vamos que ni nube ni na), Juan Camacho nota nuevamente su rueda trasera completamente deshinchada... (ohhh por qué te cebas con él!!!)


Tras la injusta reprimenda a los encargados de la primera reparación (era lógico pensar en una pincha no eliminada de la vez anterior), comenzamos a reparar el segundo pinchazo, todo listo para colocar la rueda en la bici... y Damián avisa... Sus ruedas están pinchadas... las carcajadas brotan, los ojos lagrimean de la risa contenida... pero el llanto arrecia al percibir que el resto de las monturas muestran desperfectos...

Mirad la cara del "Pollo" pensando... a mi noooo, a mi noooo

Haciendo recuento... Juan Camacho... le sigue Damián, Juan González y Miguel Morales... Baltasar también ha pinchado pero como está estrenando cubiertas sin cámara y antipinchazos no sufre lo más mínimo; mi rueda trasera... y tras la reparación y por pura envidia le sigue la delantera..., "Pollo" permanecía inmóvil, tratando de esquivar la mala suerte... como si fuese algo evitable... pero tampoco se libra, dos ruedas pinchadas... 2 de 2 para "Pollo".

La guerra

Víctor... hombre suertudo donde los haya... es el único que no sufre el ataque de las zarzas y sus bolas de pinchos.

desolación y caos

Como Fuenteovejuna, todos a una... ese puede ser el resumen de la anécdota, o tal vez... Todos para una y una para todos (una mata de zarzaas)

La cosa parecía una guerra... restos de bicis tiradas por el suelo, desmontadores, cámaras retiradas, bicis bocarriba, bombas... (de las de inflar... que es que sois muy tremendistas), por fortuna contábamos con la ayuda de un pequeño compresor que nos ha simplificado la tarea del bombeo.


Mientras unos ponían cámaras otros reparaban pinchazos con parches, faltaban cámaras nuevas y teníamos que tirar de recursos, en el fragor de la lucha, Víctor hace una llamada para comunicar nuestro infortunio... las carcajadas resonaban desde el otro lado del auricular.

hospital de campaña

Perdíamos entre el caos y la desolación no menos de una hora de nuestro precioso tiempo, la cosa era dantesca... el miedo a nuevos pinchazos nos hizo salir del camino con las monturas en brazos... cual mami que mece a su bebé para protegerlo.


El tiempo de juego tocaba a su fin, atravesamos las calles de Antas, mientras nos miraban atónitos los ciudadanos.


El paso por el Zorzo me juega otra nueva mala pasada y vuelvo a pinchar... por fortuna una cámara reparada con 3 parches me saca del aprieto.


Llegamos a las calles de Cuevas, la jornada épica tocaba a su fin y no era plan de seguir rodando... solamente 3 incautos tomamos camino al lagar para ahogar en acuarius nuestras desdichas...


Al salir del bar... mi rueda delantera estaba muertaaaaaa... regreso a casa a pie, en esta mañana de record mundial de pinchazos.


Dicen las malas lenguas... que volveremos a visitar el cortijo de Baltasar... (Jo Jo Jooo)