VUELTA A LAS ANDADAS

Ha terminado el mes de Enero, un mes cuanto menos peculiar en cuanto a lo que se refiere al grupo VandeRuta; nos hemos centrado en el tema de la equipación... cosa que sigue su curso a una lenta velocidad, con sus más y sus menos, pero que a pesar de las posibles discrepancias me llena de orgullo ver que muchos bicicleteros Rabotes se suman a nuestra causa; a todos gracias.

Con todo el tema de las equipaciones y asuntos varios nos hemos descuidado un poco en el tema de dar pedales y aunque muchos han seguido haciendo kms no han podido plasmarlo a modo de crónica.

Por mi parte, esta navidad no hice tanto como me planteé en un comienzo, pues entre frío y fiesta no ayudaba mucho a salir temprano para hacer nada. Terminé mi periodo vacacional con una divertida ruta en compañía de Fernando, en la que en vista de mis pocas ganas de hacer km optamos por la idea de recorrer el circuito de los Cocones (abstengase de rimas) haciendo también muchas incursiones fuera de pista para investigar.

La jornada era divertida y estábamos disfrutando como unos buenos "camperitos" como le gusta llamarnos a Afis; pero todo tiene un final y a Fernando se le rompió el cambio trasero, lo que nos hizo decantarnos por hacer un poco de pseudotrial a lomos de mi burrica, a la pobre nos la íbamos turnando y ella aguantaba como una campeona.





La vuelta a casa la hicimos como dos grandes colegas, Fernando agarrado a mi hombro durante 4km y sin dar pedales mientras yo hacía la función de vehículo de remolque... (hay que ver Fernando con lo que tu has sido y tener que verte remolcao por un mindundis...) e incluso nos permitimos el lujo de hacer un sprint en el que alcanzamos los 30km/h.

Esta fue mi última etapa antes de un parón de un mes completo; eso no se lo deseo a nadie, esas ganas de libertad, de volver a estar en la cima de cualquiera de nuestras sierras viendo el mar en el horizonte... agarrar el manillar con fuerzas en cada bajada, acariciando los frenos para tener ese punto de control... Vamos lo que viene siendo tener el mono de bici.

Yo no lo soportaba mas, necesitaba dar pedales y aprovechando una escapadita a casa concreté una pequeña salida con Ricardo, con el que hacía meses que no salia a rutear, Saldríamos la mañana del sábado a una hora no muy temprana.

Ricardo está concienciado en que este año hemos de subir todos al Veleta y tiene en la mente la idea de alcanzar un gran nivel. Yo por mi parte tenía ganas de probarme tras mi forzosa inactividad. La ruta elegida era corta pero intensa. Subida desde la mina por el camino de piedras hasta el cruce de los Mohinos... bajada divertida y para arriba hasta las antenas.

Habíamos quedado en la sede para no perder costumbres, tomamos camino al polideportivo y río arriba; el calor hace acto de presencia, nunca sabes como acertar, puedes salir con más capas que una cebolla y tienes que quitártelo todo porque hace un calor sofocante... o lo mismo sales con lo justo y se te crean carámbanos de baba helada, Este sábado era de los de derretir asfalto, al llegar a la mina de los tres Pacos nos aligeramos la ropa; a mi me sobraban hasta la pestañas.





El ritmo era alto, no había motivos para tirar fuerte... pero mi cuerpo respondía mejor de lo que pensaba, los dos tirábamos con fuerza y aunque alguna vez se bajaba un poco el ritmo poco a poco iba incrementándose sin querer... eso si, sin contemplaciones del astro rey que nos obligaba a bajar el ritmo bajo las pocas sombras que nos ofrecía el terreno en busca de un poco de aire fresco.

Llegamos al cruce de los Mohinos, eso suponía una bajada para refrescarnos... yo que soy muy burro y mas terco que una mula intento sortear una cadena que corta el paso... el pedal se me queda enganchado y me enredo entre la bici y la cadena... mientras que Ricardo se tira decididamente en mi auxilio... que grande es este tío.

Repusimos fuerzas en el mirador de los Mohinos y otra vez para arriba hasta las antenas sin contemplaciones; el calor continuaba castigandonos, pero una vez llegados hasta la cantera que hay en la base de las antenas nos tomamos con calma el tramo final.

Al empezar el descenso aparecieron dos jóvenes ciclistas de Huercal (Adrián y Alex???) que tenían toda la pinta de ser unos auténticos kamikazes en las bajadas, y a los que insto a que nos pongan un enlace a alguno de sus vídeos. Cada pareja tomó su camino, ellos volvieron a Huercal por el camino de hormigón y nosotros descendimos por el camino de asfalto.

La bajada tenía un poco mas de aliciente que de costumbre pues las lluvias anteriores habían dejado el camino plagado de rocas, arena... lo que nos obligaba a estar mas concentrados durante todo el trayecto.

En un abrir y cerrar de ojos estábamos otra vez en Cuevas, habíamos hecho pocos kms pero intensos y sobre todo... yo había vuelto a salir en bici!!!

Nuestro Presi y a su vez corresponsal en Sevilla tiene prevista una salida por Águilas para el puente de Andalucía, donde nuestro corresponsal (Vasco) en Murcia y residente en dicha ciudad nos hará de guía. También quiere organizar algo para Semana Santa con el Club de Pulpí.