martes, 16 de marzo de 2010

AGUA Y BARRO EN LA FUENTE DEL PIOJO

Las chicas del tiempo de canal sur nos habían echado el cenizo encima, nos estaban instando a permanecer en casita tranquilos pues nos íbamos a mojar; de los que en principio habíamos quedado en salir, solamente aparecemos 2 colgaos; una de las bajas era por resaca y cierto respeto a la lluvia (verdad Richard??); la segunda baja se disculpa alegando problemas técnicos en la bici, esta vez las excusas corren a cargo de José Miguel (el Breva), la verdad es que había ganas de salir con él, pero al final salió por la tarde él solico tras solucionar los problemas.




Fernando que es un hombre de una puntualidad exquisita aparece tras unos pocos “segundos” de espera… (vaya Vicepresidente que nos hemos buscao), pues nada ya estamos los dos, el “vice” y el “secretario” (ese por desgracia soy yo, Guerry).




El camino estaba por decidir, pero había circunstancias que nos marcaban en cierto modo la ruta a seguir… por una parte, el cielo parecía que quería caer sobre nosotros en cualquier momento y eso obligaba a permanecer cerca de Cuevas para un regreso rápido y por otro, Fernando, que aparece sin gotica de agua dice de ir a la fuente del Piojo para llenar los bidones y de paso calentamos piernas, la verdad es que era una buena idea; pero si por algo se caracteriza el “vice” es por su manera de embaucar… el camino hacia el piojo pasa cerca del taller de Diego Pelegrín (otro fichaje nuevo) al que casualmente Fernando quería ver… ¿coincidencia? Juzguen ustedes mismos; tras las gestiones en el taller (donde de manera subliminal captamos otro pal club VandeRuta) nos dirigimos hacia la fuente.




Pasamos por la carretera de la Ballabona, tomamos el cruce a Zutijar y luego… barro, mucho barro, a estas horas de la jornada no apetecía nada ensuciarnos y sorteamos el primer barrizal como pudimos, el camino hasta la fuente es muy corto y por eso mismo nos empezamos a desviar por los senderos y veredas que iban apareciendo.




Con la pericia desarrollada en su afición de trialero Fernando iba marcando el camino que yo intentaba seguir, no dejamos vereda sin recorrer ni recodo por circular, las cubiertas perdían su taqueado entre tanto barro, pero estábamos disfrutando.




Fernando iba cada vez buscando nuevos retos, subir pequeños cortados, bajar cortados mas grandes… y yo tras él… sube un pequeño repechito… y yo detrás, pero la rueda delantera resbala por el barro, a mi izquierda no hay nada donde apoyarme y a mi derecha… tampoco, mi cuerpo se vuelca para la derecha donde había un agujero de un metro y zas… pal hoyo!!! Caí de pie pero el susto se lo llevó Fernando que me vio caer, él asustaico y yo riéndome a carcajadas.







Tras el leve incidente continuamos por vereicas y sendas, hasta que decidimos dar por terminada la experiencia “camperita” y comenzar con la rutera. Haciendo caso omiso al cartel de agua NO potable Fernando llena sus bidones, lo siguiente era llegar hasta el río por caminos que no eran en ese momento nada más que charcos de barro.



Una vez en el río ponemos rumbo a las antenas (vaya novedad), por el camino nos encontramos con otro compañero ciclista “El Pollo” que venía de hacer la subida a las antenas, el pobre venía helado y nos lo advierte, pero no hay dolor… si tenemos que pasar frío se pasa frío…



El camino fue agradable, con una conversación distendida y tranquila (eso es mentira) pero poco a poco íbamos comiendo terreno y yo perdiendo el aliento. Decidimos subir por el camino de tierra desde la mina hasta las antenas, el camino estaba genial, la lluvia le había sentado bien haciendo que no hubiese mucho polvo y que no resbalase el terreno, Fernando tenía que esperarme para no subir solo; pero finalmente llegamos hasta la base de las antenas… a la cima no llegamos por falta de tiempo, que no por falta de fuerzas…













- El domingo tocaba salida con Miguel Morales, la ruta… pues la de siempre (nos repetimos más que el ajo) la verdad es que el clima no acompaña como para hacer otra cosa, pues bajar se baja en un suspiro y por ello es la etapa reina, por no mencionar que está más concurrida que la M-30 de Madrid y eso siempre es un alivio por lo que pueda pasar.




Para empezar decidimos subir hasta el pantano, que ya mismo nos lo cierran y no se podrá subir (o sí pa’l que sepa como) tras la subida empezamos a bajar con el fin de agregarnos a Manuel y al “Americano” dos ciclistas rabotes, volvimos a subir con ellos y les acompañamos en el descenso por las cuestas del caracol y hasta la Era Alta donde nos separamos de ellos para ir hasta las antenas… ésta vez tocaba el camino de asfalto… (el final es el mismo pero al menos ofrece dos opciones, tierra o asfalto)




Miguel se encontraba bien y yo no es que me encontrase mal, era que no tenía ganas de esforzarme, en algún momento pensé en dar la vuelta, pero al final sin ningún problema nos encontrábamos en las antenas pasando frío.




Tras la bajada, no dimos por concluida la jornada pues en el canal de remo se estaba celebrando un acto para los críos, carrera de sacos, concurso de cometas… y decidimos pasarnos por allí pa “goler” (es decir, mirar), allí estaba Andrés Camacho viendo al sobrinico divertirse… y luego para casa, con una idea que nos martilleaba la cabeza tanto a Miguel como a mi… (el que no sepa lo que se estaba gestando pronto lo sabrá)

1 comentario:

  1. Hay pajaro que yo si se por donde vas............. Respecto a la ruta con Fernando aprovecha con él los tramos tecniquillos que yo con el spinnig tengo estancada mi técnica.
    Suerte pal brujo. Nos vemos en Semana Santa

    ResponderEliminar