martes, 23 de marzo de 2010

IX Sin Miedo al BRUJO

Y llegó el día, tras suspender la prueba en su fecha original de diciembre, el pasado día 21 de marzo, para más señas domingo, se celebró la IX carrera sin miedo al Brujo.

A la cita con el barro asistieron dos aguerridos ciclistas (jajaja) como represtación de los VandeRuta. Por un lado Benny, que no estaba tan fino como el año pasado en el que quedó 3º en la categoría elite y 10º en la general. Por otra parte estaba Guerry cuyos méritos son… ninguno salvo ser el narrador y a su vez secretario…


Guerry y Benny

El día de autos el agua hace acto de presencia, no quería perderse una jornada como la que se nos presentaba. Todo el trayecto en coche desde Cuevas hasta Vélez-Blanco estaba lloviendo y no había nada que hiciese intuir un cambio, sabíamos que íbamos a terminar pasados por agua.



Puesto que yo no tenía la menor idea de cómo llegar al lugar preciso decido hacer lo mismo que cuando vas sobre la bici, es decir, ir a rueda… un coche cargado de bicis me hacía las veces de lazarillo y gracias a esto llegué a destino.



En la recogida de dorsales ya daban la noticia relevante, por culpa del barro la prueba se reduce a su recorrido corto, eso supone un alivio para los anteriores participantes que conocían en trazado largo.



Poco a poco van apareciendo caras conocidas e incluso aprovecho para conocer a alguno de los del unouno y algún que otro Mastrinkais.



Tras los saludos pertinentes, el corte de cinta y las palabras de bienvenida se da la salida para el tramo neutralizado por las calles del pueblo, 4km sin poder adelantar al coche de policía y tras esto… la guerra!!!


Benny con el "ultramaratoniano" Juanjo Fourquie


Cuando comienza la carrera nosotros ya estábamos por la parte trasera del pelotón… y justo cuando aparece la primera cuesta de barro puro es cuando te das cuenta de donde te has metido… ante ti el infierno, eso sí apagao por culpa del barro, pero era un infierno; la cuesta no era una cuesta, era una criba… tu intentas sobrevivir entre el mar de barro y bicis, un ojo a los de delante por si se paran, otro a los de detrás por si te introducen uno de sus “cuernos” (acoples de manillar) por el tramo final de tu espalda; vamos un caos…



Es aquí donde pierdo a Benny, es esas condiciones no es fácil perder tiempo, por muy fuerte que vayas puede ser que el de delante te corte y te deje en mitad de la cuesta haciendo que tengas que reengancharte con mucho más esfuerzo mientras que te van adelantando los más afortunados.

Antes de la subida al pueblo me encuentro con Paco Pérez de Guazamara, le sigo a rueda un buen tramo y vamos a la par en las rampas y callejuelas del tramo urbano, el agua de las calles nos hacía patinar con demasiada frecuencia, poco antes de llegar hasta el castillo me separo ligeramente de Paco.



A las espaldas del castillo los ciclistas se amontonaban esperando su turno para descender por la ladera… faltaba una máquina de dar números como en las carnicerías.



Aquí es donde empieza mi calvario, en el descenso me doy cuenta de que mi freno trasero está de huelga (culpa de una burbuja en el circuito hidráulico) y que solo puedo controlar la bici con el delantero… pues nada toca encomendarse a alguna divinidad y tirar pabajo.



El primer tramo del descenso fue bien, pero al llegar a la rambla de rocas se volvió a hacer pelotera, la rambla solo permitía ir en fila, de uno en uno, el que me precedía viendo que me lo estaba comiendo me dice todo generoso que si me estorba se aparta un poco… no hombre si es la bici que no me responde… en una de estas y viendo un pequeño cortado a la derecha de mi antecesor le comento que le voy a pasar por la derecha… y zas!!!… le adelanté yo, pero la bici se quedó atrás, salté por encima del manillar, pero como es algo a lo que estoy acostumbrado pues nada caí de pie y vuelta al mismo puesto, esta vez sobre la bici.




El menda tras salir por las orejas de la bici



Para seguir con las desdichas comienzan las bajadas sobre pistas de barro suave, mi bici que de siempre ha sido generosa, se empeñaba en darme a probar muestras de cada zona del recorrido, mi cara empezaba a acumular barro y mis gafas se ocultaban tras millones de salpicaduras, los intentos por limpiarlas sobre la bici y en pleno descenso eran imposibles y el freno trasero ayudándome mucho con su ineficacia.



A tal punto llegaba mi frustración que reduje el ritmo para dejar pasar a otro que me hiciese de “bulto” guía, pero el pobre estaba en las mismas que yo con sus gafas y los dos junticos intuyendo el camino.




Esto es solo la mitad de lo guarro que quedé



Otro momento excitante (me cago en ) fue en el tramo de bajaditas en pista de barro, bajadas de bancal a bancal sin frenos y con la rueda trasera eligiendo un trayecto distinto al que yo quería… al que iba tras de mí le saqué unos cuantos metros… el pobre el ver mi sinuoso y peligroso circular no se atrevía ni a acercarse…



Ya en la zona de la rambla la cosa mejoró, el circular era pesado pero no muy difícil y la mayor parte de este tramo la hice en compañía de un chaval (Raúl) de Cabo de Gata. Como íbamos charlando pronto aparecieron muchos más ciclistas tras nosotros, entre ellos Antonio Fernández de Pulpí, con el que llegué hasta el avituallamiento y donde se nos unió Paco Pérez.



Tras reponer fuerzas volvemos a la carga Antonio otro pulpileño más y yo, ya solo faltaban 10km de recorrido, (teniendo en cuenta que eran totales 35…) lo peor estaba por venir…

Pulpileños (Antonio tú tb ibas fino de barro)


Seguimos tranquilamente y sin perder de vista al barro en ningún momento, hasta aquí yo ya había parado unas cuantas veces para eliminar los pegotes de barro que me impedían avanzar frenándome la rueda, pero eso no era nada comparado con lo que se avecinaba.


Giro a la izquierda y comienzo de rampa… cambio de marcha y de pronto noto que la bici se queda clavada entre el barrizal, pocos eran los que conseguían subir sobre la bici y daba una envidia increíble ver como tus ruedas atrapaban el dichoso barro mientras que algunas salían limpias (ya sé por qué se les llaman neumáticos de barro), pero ese no era nuestro caso.


Algunos subían con la bici al hombro… pero luego desistían por culpa del excesivo peso, yo tiraba de la bici pues me servía de apoyo para no perder el equilibrio y resbalar.



Tras subir esta mortal cuesta limpié la bici y continué, avancé un poco y luego tocaba descender una cuesta similar a la anterior… y yo sin freno trasero, la cuesta era totalmente barro pero por el lado derecho había hierba que hacía que el suelo estuviese más firme, decido emular a muchos ciclistas que habían tomado esta decisión, me bajo de la bici me voy para el lateral y a dar la primera pedalada noto como la cadena queda suelta y al mirar hacia la transmisión veo que el cambio trasero se había descolgado, la patilla del cambio no había resistido y se había quebrado.



La única solución para seguir en carrera, era la de acortar la cadena y dejar una marcha fija, nunca lo había hecho antes pero la teoría la sabía, en principio lo debía de tener fácil pues mi cadena contaba con un eslabón de seguridad, pero éste no aparecía con las manos desnudas buscando eslabón por eslabón pero era incapaz de distinguir nada entre tanto barro, bueno, pues toca hacerlo como los profesionales, con el tronchacadenas



Estaba sacando el tronchacadenas cuando aparece una “cucaracha” su cara estaba oculta tras una máscara veneciana hecha con las mejores arcillas de Vélez-Blanco, pero se podía reconocer a Nayo de los del Unouno, se presta voluntario para ayudar y allí los dos con las manos en la masa (masa de barro) intentando sin éxito enlazar los eslabones.



Ya había hecho perder mucho tiempo a Nayo cuando aparecen Morales y Boluko, que se suman a mi causa de intentar arreglar el desperfecto, se pone de manifiesto que con los McGuiver del poniente, pero con todo y con eso entre todos no pudimos conseguir nada.




Cucarachas rebozadas en barro en mi auxilio, Nayo te gano... yo estoy mas sucio



El coche de protección civil aparece milagrosamente y tenía sitio para otro abandono, ellos continuaron su marcha (por mi culpa perdieron un tiempo precioso) y yo me coloqué como pude en el maletero del todoterreno junto a mi bici y la de otro desafortunado como yo de cambio roto.



La carrera había terminado pero no el día. Al llegar de vuelta a Vélez-Blanco intento quitarme un poco del barro que llevaba de recuerdo, muchos ciclistas amontonados entre las fuentes… mi intención era la de quitarme algo de barro de la cara y de las manos para poder abrir el coche.



Localizo una fuente semiescondida ideal para asearme, me introduzco de lleno en la fuente para limpiar mi calzado y quitarme la mayor parte del barro, ya con algo menos de porquería vuelvo al coche a por la ropa limpia (ja) y otra vez a la fuente donde me pegué un “refrescante” baño y conseguí estar medianamente decente para la comida.




lástima que no me retratasen encima de la fuente mientras me bañaba


Cierto es que había duchas en el camping, pero era imposible montarme en el coche de la manera en la que iba y por eso decidí hacerlo así… junto con Benny y dos ciclistas más de Huercal de Almería.



Tras la comida y entrega de premios cada uno para su casica y el barro a la de todos.




lo que van a ver a continuación no tiene audio (la culpa era del barro)

Es durante el trayecto en coche hasta el pueblo tras el abandono

Otra cronica para deleitaros:

http://www.losdelunouno.com/2010/03/18/salida-domingo-21-sin-miedo-al-brujo/

Por Guerry

lunes, 22 de marzo de 2010

ENCUENTROS EN LA 3ª FASE

Puesto que las salidas últimamente son muy cortitas no dan para mucho y me veo en la obligación de poner un breve relato de todo el finde en cuanto al tema de la bici.


- La mañana del sábado me encontraba sin compañero para la salida y eso a mi me quita las ganas, pero por otro lado necesitaba hacer algo por poco que sea con el fin de hacer algo de cara al “Brujo” en Vélez-Blanco, la idea era la de subir al pantano y poco más, pues la verdad es que sabiendo que iba solo me quedé en la cama hasta tarde… y no había tiempo para mucho.



La jornada se planteaba un tanto aburrida, pero al llegar a la Avenida Barcelona aparece un joven ciclista sobre un triciclo extraño, decido darle alcance y preguntar que de dónde sale… resulta que era un candidato a los juegos paralímpicos de Londres 2012 de la República Checa, que estaba pasando unos días en Garrucha y quería conocer lo que había alrededor…; venía cos su cámara de fotos para conocer el pueblo…; el que me conozca sabrá que entre las muchas cosas que me gustan, una de ellas es la de hacer de guía por Cuevas y de buen agrado le fui mostrando lo mas significativo del pueblo.





El chaval era muy agradable y la verdad es que era una pasada verle pedalear, incluso me retaba a seguirle el ritmo… que cuando pillaba velocidad era un rayo; entre fotos y patadas a la lengua de Shakespeare (porque yo no hablo inglés, yo lo destrozo) pues se hizo la hora de que el atleta volviese a Garrucha, el muy guasón quería que le acompañase hasta allí… claro y cuando llegue allí me como las piedras… Bueno tb se ofreció para enseñarme la República Checa… pero me da la impresión de que va a ser que no.



Cuando me despedí de el tenía tiempo suficiente de llegar al pantano… así que subir, bajar y comer…





- El domingo Miguel Morales me esperaba en la sede de las Maravillas para luego pasarnos por la esquina del Bernabeu (la portería, carpintería Camacho) y ver si saldría alguno de los asiduos a dicho punto de reunión; No había nadie, tocaba ir solos.



Miguel tenía ganas de hacer la subida a Almagro por el camino de piedras, que lo ha bajado muchas veces pero subirlo nunca y de paso tomar el cruce antes de llegar a la cumbre, hacia los Mohinos, cosa que tampoco había hecho nunca…







Llegando a la mina de los 3 Pacos se empieza a escuchar un ruido atronador, era como una jauría de perros… al acercarnos más pudimos observar a una manada de bestias de unos 10 individuos que tenían un lenguaje similar al nuestro… estaban hablando un dialecto del castellano… se escuchaban frases como… “plato grande” “piñón pequeño” “horquillas tal o cual”.



Nos acercamos con cautela pues no sabíamos si eran amigos ó enemigos… Tras un leve saludo nos enteramos que eran ciclistas del Club Almanzora de Huercal-Overa, que estaban haciendo la paradica de rigor antes de subir por el camino de tierra para dejarse caer de vuelta a Huercal por el camino de Hormigón.



Como la dirección era la misma para todos, pues tiramos parriba tos junticos; poco a poco el grupo se fue estirando, los que iban en cabeza me llevaban asfixiao, iban como locomotoras y eso que el camino estaba más roto que la semana anterior y la rueda patinaba que daba gusto…



Al llegar al cruce con los Mohinos, nos paramos todos para el reagrupamiento de ellos y nuestra despedida... mientras que iban llegando los rezagados y tomábamos aire nos pusimos a contar anécdotas, como la de las cuestas extrañas de la subida al Veleta, (esas que vas subiendo pero la bici va pillando velocidad y dejas de dar pedales y sigues subiendo…) me alegro de ver que no soy el único al que le pasa eso.







Lo mejor de todo es la sensación de camaradería que había entre todos y a pesar de que me tacharon de ser un simple “globero” por no haber subido al Mulhacén pasamos un ratico a gusto con los “decanos” de la btt de la comarca.



Otra cosa digna de mencionar es que todos conocían a un tal Miguel Soler… al que criticaron de lo lindo e insinuaban que no sabía dar pedales… jajaja es broma, nadie que conozca a “Michel” diría nada de eso.



Tras la despedida comenzamos el descenso hacia los Mohinos, Miguel bajaba con cautela pues él es de los prudentes y encima no se conocía el terreno… lo mejor era ver su cara al bajar pues se le intuía el esfuerzo que sabía que iba a hacer en la subida… pobrecillo…



La subida era como se estaba imaginando, dura… con rampas y rampones que te obligaban a sudar la gota gorda… pero tras salir del camino de los Mohinos y enlazar con el camino a las antenas aún quedaba un poco más de subida hasta el cruce con el camino de asfalto.



Las ganas de ver la F1 nos hicieron desistir de coronar el pico Cucharón (antenas) y descender a toda velocidad para llegar a tiempo de ver como nuestro Fernando Alonso le mojaba la oreja a Hamiltonto…



En el descenso hasta la mina descubrimos a un grupo de otra especie de animal salvaje… el conocido como “senderista”… este grupo era menos numeroso que el de ciclistas huercalenses, tan solo 5 miembros aparecieron ante nuestros ojos, comandados por Paco “el tovar” (Paco pa que veas que nos acordamos de nuestros lectores).








Finalmente al llegar al recreo dimos por concluida la etapa un cada uno para su casa.



Por Guerry.

martes, 16 de marzo de 2010

AGUA Y BARRO EN LA FUENTE DEL PIOJO

Las chicas del tiempo de canal sur nos habían echado el cenizo encima, nos estaban instando a permanecer en casita tranquilos pues nos íbamos a mojar; de los que en principio habíamos quedado en salir, solamente aparecemos 2 colgaos; una de las bajas era por resaca y cierto respeto a la lluvia (verdad Richard??); la segunda baja se disculpa alegando problemas técnicos en la bici, esta vez las excusas corren a cargo de José Miguel (el Breva), la verdad es que había ganas de salir con él, pero al final salió por la tarde él solico tras solucionar los problemas.




Fernando que es un hombre de una puntualidad exquisita aparece tras unos pocos “segundos” de espera… (vaya Vicepresidente que nos hemos buscao), pues nada ya estamos los dos, el “vice” y el “secretario” (ese por desgracia soy yo, Guerry).




El camino estaba por decidir, pero había circunstancias que nos marcaban en cierto modo la ruta a seguir… por una parte, el cielo parecía que quería caer sobre nosotros en cualquier momento y eso obligaba a permanecer cerca de Cuevas para un regreso rápido y por otro, Fernando, que aparece sin gotica de agua dice de ir a la fuente del Piojo para llenar los bidones y de paso calentamos piernas, la verdad es que era una buena idea; pero si por algo se caracteriza el “vice” es por su manera de embaucar… el camino hacia el piojo pasa cerca del taller de Diego Pelegrín (otro fichaje nuevo) al que casualmente Fernando quería ver… ¿coincidencia? Juzguen ustedes mismos; tras las gestiones en el taller (donde de manera subliminal captamos otro pal club VandeRuta) nos dirigimos hacia la fuente.




Pasamos por la carretera de la Ballabona, tomamos el cruce a Zutijar y luego… barro, mucho barro, a estas horas de la jornada no apetecía nada ensuciarnos y sorteamos el primer barrizal como pudimos, el camino hasta la fuente es muy corto y por eso mismo nos empezamos a desviar por los senderos y veredas que iban apareciendo.




Con la pericia desarrollada en su afición de trialero Fernando iba marcando el camino que yo intentaba seguir, no dejamos vereda sin recorrer ni recodo por circular, las cubiertas perdían su taqueado entre tanto barro, pero estábamos disfrutando.




Fernando iba cada vez buscando nuevos retos, subir pequeños cortados, bajar cortados mas grandes… y yo tras él… sube un pequeño repechito… y yo detrás, pero la rueda delantera resbala por el barro, a mi izquierda no hay nada donde apoyarme y a mi derecha… tampoco, mi cuerpo se vuelca para la derecha donde había un agujero de un metro y zas… pal hoyo!!! Caí de pie pero el susto se lo llevó Fernando que me vio caer, él asustaico y yo riéndome a carcajadas.







Tras el leve incidente continuamos por vereicas y sendas, hasta que decidimos dar por terminada la experiencia “camperita” y comenzar con la rutera. Haciendo caso omiso al cartel de agua NO potable Fernando llena sus bidones, lo siguiente era llegar hasta el río por caminos que no eran en ese momento nada más que charcos de barro.



Una vez en el río ponemos rumbo a las antenas (vaya novedad), por el camino nos encontramos con otro compañero ciclista “El Pollo” que venía de hacer la subida a las antenas, el pobre venía helado y nos lo advierte, pero no hay dolor… si tenemos que pasar frío se pasa frío…



El camino fue agradable, con una conversación distendida y tranquila (eso es mentira) pero poco a poco íbamos comiendo terreno y yo perdiendo el aliento. Decidimos subir por el camino de tierra desde la mina hasta las antenas, el camino estaba genial, la lluvia le había sentado bien haciendo que no hubiese mucho polvo y que no resbalase el terreno, Fernando tenía que esperarme para no subir solo; pero finalmente llegamos hasta la base de las antenas… a la cima no llegamos por falta de tiempo, que no por falta de fuerzas…













- El domingo tocaba salida con Miguel Morales, la ruta… pues la de siempre (nos repetimos más que el ajo) la verdad es que el clima no acompaña como para hacer otra cosa, pues bajar se baja en un suspiro y por ello es la etapa reina, por no mencionar que está más concurrida que la M-30 de Madrid y eso siempre es un alivio por lo que pueda pasar.




Para empezar decidimos subir hasta el pantano, que ya mismo nos lo cierran y no se podrá subir (o sí pa’l que sepa como) tras la subida empezamos a bajar con el fin de agregarnos a Manuel y al “Americano” dos ciclistas rabotes, volvimos a subir con ellos y les acompañamos en el descenso por las cuestas del caracol y hasta la Era Alta donde nos separamos de ellos para ir hasta las antenas… ésta vez tocaba el camino de asfalto… (el final es el mismo pero al menos ofrece dos opciones, tierra o asfalto)




Miguel se encontraba bien y yo no es que me encontrase mal, era que no tenía ganas de esforzarme, en algún momento pensé en dar la vuelta, pero al final sin ningún problema nos encontrábamos en las antenas pasando frío.




Tras la bajada, no dimos por concluida la jornada pues en el canal de remo se estaba celebrando un acto para los críos, carrera de sacos, concurso de cometas… y decidimos pasarnos por allí pa “goler” (es decir, mirar), allí estaba Andrés Camacho viendo al sobrinico divertirse… y luego para casa, con una idea que nos martilleaba la cabeza tanto a Miguel como a mi… (el que no sepa lo que se estaba gestando pronto lo sabrá)

viernes, 5 de marzo de 2010

LA RUTA DE LOS MACHOS. PINILLA Y REPETIDOR

Dos meses son muchos meses sin coger MTB pero el spinning consigue que a mi regreso pudiese disfrutar de una de las mejores jornadas disfrutadas hasta la fecha. Os narro:

La climatología acompañaba de una manera excepcional y la ruta sería trazada por Alvaro gran conocedor de la zona. Pues ya son las 9 y nos plantamos con puntualidad exquisita en Águilas como habíamos acordado Fernando, Guerry y el narrador en busca de Alvaro.




El recibimiento no podía ser mejor......ME REGALAN UNAS GAFAS EASSUN¡¡¡¡ Mil gracias Alvaro. Pues pongámonos en ruta que tengo un mono del copón.

Cruzamos toda Águilas por la costa poniendo dirección a Calabardina y me quedo maravillado del día de playa que hace (llevaba 2 semanas sin ver el sol). Pasamos por el CC El Hornillo y justo en la rotonda de Calabardina cogemos camino de tierra en muy buen estado combinado con tramos de rambla sin mayores dificultades técnicas, eso si la tendencia aunque leve es a subir.

Pues llevamos casi 10 kilómetros y nos enfrentamos al primer reto del día: "Las jorobas". Se trata de 2 rampones con un bendito descanso en medio de poca longitud pero gran desnivel. Mis pulsaciones se disparan por encima de las 200 ppm......pero estoy disfrutando y aunque cauteloso porque la etapa va a ser muy larga me veo bien.



Seguimos de caminos hasta llegar a la vía de servicio de la Autopista Vera - Cartagena. Desde aquí se decide que ascensión tomar, repetidor o Pinilla. En este caso estaba decidido abordar primero la ascensión a Pinilla ya que es bastante mas dura. Por las inmediaciones de la Autopista se encuentran los invernaderos de mi tío Antonio por lo que aprovechamos para saludar.


Seguimos paralelos a la autopista dirección Cartagena y cogemos el desvío que se dirige hacia Pinilla. Al principio aunque comienza la pendiente el estado de la pista es muy bueno pero de repente curva a izquierdas y zas¡¡¡¡ comienza la subida por un camino mucho mas estrecho con tramos rotos pero firmes, nada de arena pero mucho de rocas. Durante el ascenso atravesamos distintos restos mineros al tiempo que nos introducimos entre pinos con unas vistas espectaculares con el mar de fondo. La subida no es excesivamente dura en cuanto a pendiente y tiene algún que otro descanso, pero es bastante larga y tiene tramos rotos en los que hay que subir cadencia para poder pasar.


El ritmo de ascensión no ha sido muy rápido ya que nos quedaba otro puerto. No obstante Fernando siempre ha ido en plato grande y buscando la trazada mas difícil. El final de la ascensión es de pendiente constante por lo que cada uno pone su "piloto automático" terminado la subida en solitario. En mi caso terminé bastante bien.



Pues a mas de 600 metros aprovechamos para comer algo y valorar las fuerzas. Nos queda el repetidor de los Mayorales y un bonito descenso de unos 7 u 8 kilómetros. El descenso se hace a buen ritmo y todos disfrutando como locos. Yo me tomo unos metros para ver mejor las distintas trazadas. Al llegar abajo nuestras manos se encuentran exhaustas de tanta vibración. Llegamos a la Autopista y emprendemos el segundo ascenso: El repetidor.

El comienzo es talvez lo mas duro, posiblemente por el cansancio acumulado de Pinilla pero la larga recta de asfalto entre la Autopista y La cuesta de Gos se atragantó a mas de uno. Llegados a la ermita donde están los restos de Paco Rabal, parada obligatoria para la foto.


A partir de aquí se acaba el asfalto y empieza una amplia pista en perfecto estado. Tanto es así que en la cima vimos a un ciclista subir en bicicleta de carretera. Alvaro y Fernando mas fuertes piden permiso para pegar el apretón, permiso concedido, las fuerzas van justas y el objetivo es terminar. Guerry tiene que buscar las fuerzas donde no hay y poco a poco y en buena compañía acaba como un campeón. Hay veces que se sube mas con la cabeza que con las piernas.



Los rezagados nos quedamos a los pies de los repetidores y nos quitamos el tramo mas duro que tan solo ha sido acometido por Alvaro y Fer. Ya eran las una y pico del mediodía de ahí que optemos por el descenso a través del nuevo tramo asfaltado ya que era la opción mas rápida.



Termina el asfalto y tomamos una amplia rambla arenosa (que poco me gusta) en la que fluía un chorrillo de agua de un par de metros que hemos tenido que cruzar. Dicha rambla nos llevaba de manera directa al punto de inicio donde estaban nuestros 2 coches de competición el "Forsi" y la "Patera". Son mas de las 2 y los teléfonos empiezan a sonar y las excusas aparecen de manera espontánea. En total 60 kilómetros en 4 horas de pedaleo sin contar descansos. Vaya peazo jornada que nos hemos marcado¡¡¡ Lo dicho una ruta apta para los mas machos.......

ASCENSO A ALMAGRO DEL EQUIPO A.

Y empecemos por el final¡¡¡¡

Tras la dura jornada del Sábado y con un día de descanso nos ponemos de nuevo en movimiento, para este día no queremos nada excesivamente duro por lo que un ascenso a Almagro se acopla perfectamente.
Para tan señalado día nos dirigimos a eso de las 10 a "la esquina del Bernabeu" donde un nutrido grupo formado por Juan y Andrés Camacho, Ruben, Vallecas, Guerry y un servidor vamos a realizar la "clasiquísima" subida a los repetidores.
Desde el primer momento me doy cuenta de que no voy fino, las piernas me pesan y los mocos inundan mi nariz, con las buenas sensaciones que tuve en Águilas..... por lo menos hacia buen día¡¡¡
Por suerte para mi el ritmo de subida hasta la mina de los 3 Pacos es bastante tranquilo ya que al haber tanta gente hay que adaptarse al nivel del personal. En la mina ya se ven indicios de sufrimiento masivo (yo me incluyo). Pues comienza la autentica subida y en mitad de ésta, justo en el tramo mas duro se produce una desbandada general...... pero no os preocupeis que el EQUIPO A formado por los 2 Andreses y Antonio (Guerry) no abandona.
En 2010, tres de los mejores hombres del ejército rabote que formaban un comando, fueron encarcelados por un delito que no habían cometido, no tardaron en fugarse de la prisión en la que se encontraban recluidos. Hoy, buscados todavía por el gobierno sobreviven como ciclistas de fortuna. Si tiene usted algún problema y se los encuentra quizás pueda contratarlos... EL EQUIPO A.
Pues llegamos a los carteles, en mi caso con mas pena que gloria, y tras un poco mas de subida por camino de tierra llegamos al camino de hormigón que se dirige a los Mojinos para posteriormente acometer la bajada por el camino de piedras que se dirige a la mina. Antes de llegar a la mina cogemos el desvio que nos lleva al canal de remo y río abajo, a los pies de la ascensión a la Era Alta me despido del resto del equipo al tiempo que cruza un bonito rebaño de....CABRONES¡¡¡¡ Aparte de no ir muy fino se me hecha el tiempo encima.
En total 28 kilómetros que se presumían asequibles pero que los he sufrido uno a uno, el mensaje es claro: hay que mejorar. El resto del equipo los deje camino de Fuente Álamo, ¿llegarían?