martes, 14 de mayo de 2013

LOS 101 DE RONDA 2013

     Hola de nuevo VandeRutas  a continuacion  os dejo  la enorme cronica  que de este  evento, ha  realizado nuestro compañero Pedro Perales.

         
   LOS 101 KM DE RONDA 2013

   Desde 1995 el Tercio Alejandro Farnesio de la Legión, con sede en Ronda, viene organizando una prueba deportiva popularmente conocida como los "101 kilómetros de Ronda" y que la propia organización ha definido como "una actividad cívico militar que permite acercar un poco más La Legión y sus legionarios a la población civil a través de una prueba deportiva de dureza extrema, donde la entrega y camaradería entre civiles y militares fuera un valor tangible", y a fe de los ocho Vanderutas que este año hemos tomado parte en la misma, nada define mejor la carrera que estas últimas palabras (http://www.lalegion101.com/101KM-24H/index.php?option=com_content&view=article&id=6&Itemid=19).
Estos ocho valientes Vanderutas a los que acabo de aludir (Diego Peregrín, Raúl Pérez, Andrés Camacho, Jorge Azor, Paco Rodríguez, Juan Drx, Antonio Perales y Pedro Perales) estuvimos pendientes desde el mes de diciembre pasado de conseguir inscribirnos en la prueba, lo que vimos logrado a finales de enero, momento desde el que estuvimos coordinados para afrontar y terminar con éxito lo que nos hacía tanta ilusión. Y la verdad es que ha merecido la pena.
  Desde el mismo momento de nuestra llegada a Ronda tuvimos la oportunidad de disfrutar de la magnífica acogida de los vecinos, la Legión y los otros participantes y sus familiares acompañantes. Ronda era una auténtica fiesta y nosotros aprovechamos el viernes por la tarde para hacer un tranquilo paseo por sus calles sumergiéndonos en el alegre bullicio, contemplando los magníficos paisajes de los alrededores (merece la pena destacar la impresionante vista que se disfruta desde su famoso Puente Nuevo, conocido también como "Puente del Tajo"), la antigua y monumental plaza de toros, archiconocida de la afición taurina por ser en ella donde se celebra cada año la original corrida goyesca (http://es.wikipedia.org/wiki/Corrida_goyesca_de_Ronda), la acogedora plaza de la Duquesa Parcent con las vistosas arquerías de la fachada del Ayuntamiento y la mezcla de estilos arquitectónicos de su Iglesia de Santa María la Mayor , o las variopintas y exóticas salas del curioso Museo del Bandolero, en el que más de un Vanderuta dejó inmortalizada su imagen como testigo de su paso por este singular lugar que nos ofrece multitud de anécdotas y andanzas de esos misteriosos personajes fruto a medias de la ficción y de la realidad, pero que más que otra cosa fueron delincuentes, ladrones y asesinos que la mitología y el romanticismo popular nos han transmitido como variantes de Robin Hood a la española. Andanzas de personas con nombres como los de José María el Tempranillo, Diego Corrientes, El Pernales, Pasos Largos, El Tragabuches (apodo heredado de su padre, que -según se dice en este museo- engulló el feto de un asno), y otros más de la misma ralea.



















  Ya con los dorsales en nuestro poder y reunido el grupo de los ocho al completo, volvemos a zambullirnos de lleno en el meollo de la algarabía y fiesta popular, en el que algunos aprovechan para trasegar alguna que otra reconfortante cerveza acompañada de sabrosos encurtidos cuyo líquido sobrante sirve para el bautismo pantalonero de un sufrido caminante que, a la sazón, pasaba junto a nosotros. Pero mereció la pena, la sangre no llegó al río, y como bien dijo la delicada y exquisita gobernanta del establecimiento, "todo en esta vida tiene solución"..., especialmente si hay a mano un salvador quitamanchas.
   


























   En cualquier caso disfrutamos de un ambiente acogedor y agradable, lo que unido a todo lo que se le sumó al día siguiente, el de la verdad, el de la ilusión, hizo a algún Vanderuta comentar que, aunque no se participara, merecería la pena venir y disfrutar de un ambiente difícil de describir y tan extraordinario que, según comentario de los locales , es muy superior y proporciona al pueblo unos ingresos más cuantiosos que los de la feria y la corrida goyesca.
  Por la noche comenzamos el estrechamiento de lazos con la Legión mediante la degustación de una generosa cena dispensada a modo de rancho a todos los participantes y a aquellos acompañantes que previamente la hubieran solicitado a cambio de una módica y casi simbólica aportación económica. Reconocemos el mérito de los cocineros legionarios por conseguir dar un toque de menú individual a un rancho para miles de personas (el número de inscritos en la carrera superó los 7.000), así como la diligencia, presteza y amabilidad de los repartidores, que no nos hicieron esperar ni un minuto para servirnos. Quedamos maravillados y satisfechos, por lo que desde este muro nos sentimos obligados a expresarles nuestro más sincero agradecimiento.





  Llegó la hora de retirarnos a descansar a la coqueta, preciosa y acogedora casita de campo que, sin saber cómo, aún estaba sin alquilar para estas fechas en el pasado mes de septiembre. Quien conozca cómo va esto de conseguir alojamiento para estos días en Ronda y en los pueblos de alrededor, entenderá la enorme suerte que tuvimos al encontrar este mirlo blanco a menos de un kilómetro del pueblo, en una tranquila parcela de más de diez hectáreas de campo de olivos, encinas y almendros. Vamos, que, cuando vimos el chalecito con todos sus detalles y su piscina, nos sentimos como si hubiéramos puesto una pica en Flandes.






  A la mañana siguiente, tal y como habíamos acordado y después de un energético desayuno que nos ayudara a superar con éxito las tres o cuatro primeras horas, montamos en nuestras bicicletas y nos presentamos en el punto de encuentro con algo más de una hora y media de antelación.




    Pero no éramos los primeros, que ya se encontraba algo más de una cuarta parte del total de participantes en el inmenso cajón de salida que había de dar acogida a los más de 7.000 inscritos, el estadio municipal de Ronda. Controlando los nervios, socializando con algunos de los otros allí presentes, turnándonos en los pequeños huecos a la sombra para protegernos del fuerte sol que ya empezaba a hacerse notar desde las nueve de la mañana, a ratos de pie, a ratos sentados en la moqueta de las calles de la pista de atletismo, o incluso tumbados, fuimos consumiendo los minutos hasta que llegaron las autoridades y pronunciaron sus discursos para la ocasión, discursos que afortunadamente se caracterizaron por la brevedad que debe primar estos actos.




  E inmediatamente se produce la salida neutralizada. ¡Qué espectáculo! Es my difícil hacer una descripción que sea mínimamente equiparable a lo que en realidad vimos y vivimos por las calles de Ronda. Ni lo voy a intentar, tan sólo diré la tan manida frase de que hay que verlo para creerlo. Miles y miles de personas, rondeñas y visitantes, abarrotando los varios kilómetros del recorrido hasta la salida de la ciudad por la parte opuesta a la del estadio municipal, aplaudiendo, animando, fotografiando, agradeciendo la participación... Quizás se entienda mejor si digo coloquialmente que uno se emociona hasta "ponérsele los pelos de punta". ¡Minutos indescriptibles e inenarrables! Pero no sucede esto sólo aquí, es prácticamente igual a lo largo de todo el recorrido, por todos los pueblos que pasa la carrera (Arriate, Setenil, Montejaque, Benaoján y Alcalá del Valle), por los cruces de caminos con carreteras y por otros puntos estratégicos, la gente se vuelca, aplaude, anima... Y si es al final de la carrera, cuando ya las fuerzas se han agotado y las piernas fallan, cuando el ánimo está por los suelos y uno casi ha decidido retirarse..., ahí está la gente, empujándote si es necesario y consiguiendo que no termines por desfallecer y hagas un último intento para llegar a la meta. Y los sufridos cientouneros, que eso es lo que somos, terminamos por agradecérselo superando la tentación de echar el pie a tierra y consiguiendo el objetivo que nos trajo a esta bonita y acogedora ciudad. En fin, verlo para creerlo.
  Pero volvamos al punto donde acaba el tramo neutralizado. Allí estábamos los más de 7.000 participantes (para hacernos una idea pensemos en las dimensiones del pelotón del Tour, el Giro o la Vuelta, en el que sólo hay alrededor de 200 corredores, y comparemos. Esta barahúnda multicolor es interminable y, dado el trazado de la carretera, inabarcable por la vista). Los Vanderutas nos vemos unos a otros, pero ya no estamos todos juntos, cada uno va ocupando el lugar que ve más idóneo a sus propósitos. Algunos ya no nos volveremos a ver hasta después de haber terminado la carrera. Otros decidimos hacer todo el recorrido controlándonos, bien por parejas o bien en un grupo de cuatro. Esta es la mejor forma de organizarnos, y la verdad es que acertamos, así todos quedamos satisfechos. Y, ¡por fin! ¡Ha llegado la hora de la verdad!¡SE DA LA SALIDA! Y antes de un minuto empiezan a funcionar las ambulancias. La ansiedad y las prisas son malas compañeras. En más de una, y de dos ocasiones, se repite la misma escena... Pero vayamos a lo alegre, a lo positivo, aunque venga acompañado de sufrimiento, pero sufrimiento gozoso al final.
















     Los primeros cincuenta kilómetros son cómodos y llevaderos para nuestra preparación. Los puntos de avituallamiento son suficientes, por lo que no nos detenemos en todos. Pasado este tramo vamos comprendiendo que esa comodidad puede haber sido un trampa, así que empezamos a prevenir reservando y acumulando energías por si fueran necesarias más adelante; pero lo gastado ya está gastado. No obstante, comemos más plátanos que una familia entera de orangutanes sueltos a su aire en una alhóndiga, y bebemos más líquido que una caravana de camellos antes de iniciar una travesía por el desierto. Según el GPS, al final habíamos consumido 4.578 calorías, pero yo creo que algunos llegamos al final de la carrera con más peso que con el que la empezamos. Y eso que no paramos en todos los avituallamientos y renunciamos a la comida caliente o a los diferentes platos que nos facilitaban en el acuartelamiento de la Legión. No obstante, quien sí lo hizo acertó, pues aún quedaban los kilómetros más duros y terroríficos del recorrido.



















¡Como sube el Jorgito!

   
El del fondo  es Raul  preparandose para pasar  el barro

       Las subidas eran interminables e infernales, algunas por sendas imposibles de subir en bicicleta y en las que coincidimos ciclistas y duatletas a pie. Dolían y se quejaban las lumbares, las cervicales, los gemelos..., en fin, el cerebro echaba chispas... Pero nosotros erre que erre, ¡somos Vanderutas! Seguro que muchos de poca fe entendieron por primera vez lo que es esta virtud cuando subieron la famosa cuesta de la ermita, pues para llegar allí a pie y por el mismo camino que pasamos nosotros, la verdad es que hay que tener fe en grado sumo. Muchos participantes decían que esto era lo peor, pero yo sabía que no era verdad, pues después de otras cuatro participaciones anteriores, aún había que reservar fuerzas para el postre final. Y para colmo, antes de este postre, nos esperaba todavía una sorpresa de la que no nos habían advertido y que yo no conocía de antes, pues ha sido en esta edición cuando se ha incluido por primera vez en el recorrido. Así que tuvimos que recorrer como pudimos y empujando la bicicleta con las escasas fuerzas que habíamos reservado para el final, una empinada, difícil y "criminal" senda que, incluso en tiempos del santo tribunal habría sido excesivamente cruel para castigo y tormento de condenados. Y por si todo esto fuera poco, para rematar y rematarnos, se estrella nuestra rueda delantera contra la pared de la bien denominada cuesta del "cachondeo", que no es que sea tan infernal como algunas otras, pero es un cachondeo de cuesta que, después de los cien anteriores kilómetros y exhaustas ya las fuerzas, le hace plantearse a muchos si fue un acierto venir a esta carrera; lo que no fue el caso de ninguno de los ocho Vanderutas, que vimos cumplidos nuestro propósito e ilusión iniciales llegando todos sanos y salvos, y no digo enteros porque algunos no disfrutamos completamente de esta cualidad corporal hasta después de la suculenta y sabrosa cena que tuvimos la ocasión de degustar felizmente y de las posteriores horas de un profundo y reparador sueño en nuestro encantador chalecito, en cuya piscina hubo quienes se dieron un refrescante baño. Bueno, en honor a la verdad, hubo quien hizo muy buen tiempo, del que todos nos sentimos orgullosos, algún otro habría continuado otros 101 kilómetros después de terminar los primeros, también hubo quien generó electricidad para vender a Endesa y también quien terminó prácticamente como quien da un placentero paseo al atardecer. En fin, hubo de todo, pero lo verdaderamente importante y bromas aparte, TODOS QUEDAMOS SATISFECHOS Y AGRADECIDOS A LA EXCELENTE ORGANIZACIÓN Y AL BUEN Y ACOGEDOR TRATO DE QUE FUIMOS OBJETO POR PARTE DE TODOS LOS ESTAMENTOS IMPLICADOS Y DE LAS ENCANTADORAS GENTES DE ESTE BONITO Y HOSPITALARIO PUEBLO MALAGUEÑO.


      Los Perales  llegando ya al final
                                                   Reto conseguido


Siento que la presente crónica pueda no ser del gusto de todos los que la lean.
          Con ella he pretendido dejar constancia a los amigos y amigas de cualquier Vanderuta de unas jornadas de convivencia de ocho compañeros y amigos, entre los que me he encontrado muy a gusto, como siempre me sucede cuando estoy con ellos, y a los que quiero aprovechar la ocasión para expresarles mi profundo agradecimiento por haberme acogido en su grupo a pesar de la diferencia de edad, y por haberlo hecho, además, con unas muestras de afecto y cariño que colman mi orgullo.

Track de la Ruta 

    


Track:     

 Track : los 101 de ronda 2013.gpxIBP = 186 MTB
 Modalidad detectada = MTB
 Volver a analizar como  MTB/RDB HKG RNGVer análisis completo
 Fiabilidad del índice IBP = A*
 *(A = muy buena, B = buena, C = aceptable, D = regular, E = mala, M = track dibujado)

 Filtro pendiente máxima ~30 % Desnivel positivo por km 25,54 m
 Separación minima analizada ~30 m Ratio de subida 6,82 %
 Número de puntos 26024   (cad. 3,73 m) Altura máxima  726 m
 Puntos significativos  3040   (cad. 31,96 m / 11,68 %) Desn. de bajada acumulado 2485,45 m
 Distancia total  97,152 Km Desnivel negativo por Km 25,58 m
 Distancia analizada 97,152 Km Ratio de bajada  6,37 %
 Distancia lineal 2,438 Km Altura mínima  262 m
 Tiempo en movimiento 7:34:08 h Cambios dirección por Km. 12,66
 Velocidad media en movimiento 12,836 Km/h Cambios dirección por Km. (> 5º)  6,92
 Velocidad máxima sostenida 61,79 Km/h Tramos rectos acumulados  27,519 Km
 Tiempo parado  0:43:11 h Tramos rectos por Km.  283,26 m
 Tiempo total  8:17:19 h Cambios de pendiente 29
 Velocidad media total 11,72 Km/h Cambios de pendiente por Km 0,299
 Desn. de subida acumulado 2481,41 m Puntos aberrantes 3878   (14,9 % d. total)

Altura en metrosDesnivel en %Velocidad en Km/h
 Subidas Distancia en Km Km del total en % Velocidad en Km/h Tiempo h:m:s
 Entre el 15 y el 30% 2,008 2,07 3,47 0:34:45
 Entre el 10 y el 15% 5,926 6,1 4,79 1:14:14
 Entre el 5 y el 10% 12,64 13,01 8,22 1:32:15
 Entre el 1 y el 5% 15,814 16,28 11,78 1:20:34
 Llano
 Desniveles del 1% 21,745 22,38 18,05 1:12:17
 Bajadas
 Entre el 1 y el 5% 17,891 18,42 20,99 0:51:08
 Entre el 5 y el 10% 14,751 15,18 27,93 0:31:41
 Entre el 10 y el 15% 3,968 4,08 26,95 0:08:50
 Entre el 15 y el 30% 2,41 2,48 17,21 0:08:24
Total track:  97,152 100 % 12,836 7:34:08


Parámetros a gran altura
 Altura en metros Distancia m. % del total Tiempo en movimiento Velocidad Tiempo parado Tiempo total Velocidad total
Total: 0 Km

Paradas
 Punto kilometrico Tiempo parado Altura en metros Tiempo desde la salida Tiempo desde parada anterior Distancia a parada anterior
 33,872 0:03:08 700 2:09:48 2:09:48 33,872
 46,8 0:07:52 430 2:47:29 0:37:41 12,928
 54,117 0:03:34 384 3:18:34 0:31:05 7,318
 72,49 0:24:10  > 10' 338 4:49:54 1:31:20 18,373
 88,205 0:04:27 458 7:09:00 2:19:06 15,715
Total: 0:43:11 h




        Esto es todo VandeRutas    solo  decir que  cuando  encuentre mas  fotos se publicaran en  Facebook como os habreis dado cuenta Los Perales son los mas  "fotogenicos", hasta otra. 

lunes, 6 de mayo de 2013

CLÁSICA DE BÉDAR

Diez valientes nos animamos el pasado domingo a rodar por la ya clásica ruta de Bédar. Y digo clásica por que ya se me escapan las veces que hemos ido. Una ruta con un duro puerto, descensos moderados, el mejor punto de avituallamiento y sobretodo unas vistas impresionantes del Barranco Baeza. Los bikers en cuestión fuimos:Tomatera, su sobrino Francisco, Juan Ávila, Antonio, Perales padre e hijo, Baltasar, Herminio, Raul y el que escribe.

Decir que la ruta se decidió en le poli por consenso. A las 9 ponemos dirección al Zorzo donde los sudores nos dicen que hoy va a hacer mas calor que en fechas precedentes. Largo descenso atravesando la villa de Antas y llegamos al cruce de los Raimundos. Seguimos por asfalto pero ya en terreno ascendente y al fin llegamos al cruce donde se coge tierra y donde también había un accidente de trafico que taponaba la carretera. 

Un tramo de pequeñas subidas y bajadas y llegamos a la Rambla Nuño Salvador donde se inicia la subida mas dura del dia: La cuesta del Perro.

Como era de esperar el repechón de casi 3 kms marco las diferencias. Yo lo tenía claro coronaba, media vuelta y me enganchaba con el que cerrara grupo. Y así fué. Antonio y yo por delante a un ritmo alegre durante toda la subida y un arreón final para echar el resto. Tras coronar media vuelta y a enganchar a los rezagados y darles un poco la brasa para que se les haga mas llevadera la subida. Decir que pese al desnivel infernal el firme ha sido recientemente reparado y pierde su punto épico aunque pedales hay que dar....

Rearupamiento en la cima y bajada a Bédar de nuevo por asfalto salpicado con un repecho en medio. Atravesamos la población de Bédar y tras tres kilómetros eminentemente llanos llegamos a Serena donde procedemos al avituallamiento en la fuente que hay a su entrada.

Continuamos y tras atravesar Serena y Los Pinos comenzamos el descenso por tierra que nos deja en el antiguo trazado minero bordeando el Barranco Baeza. Increíble sus vistas así como sus túneles  A la salida del penúltimo túnel, ese que es apto para pequeñines o te dejas la crisma, acometemos la penúltima subida a destacar. Por suerte también ha sido recientemente reparada y facilita su ascensión.

Poco después llegamos ya en leve descenso al último túnel  el más largo. Aquí cada uno como pudo, la mitad andando y la otra mitad auspiciados por una única luz de la que no recuerdo a su dueño.

Seguimos por el trazado de la vía atravesando el puente derruido y tras atravesar unas fincas llegamos de nuevo al cruce de los Raimundos. Las fuerzas iban un poco justas para algunos participantes y quedaba aun la subida desde Antas hasta el Zorzo. Con paciencia y esperandonos los unos a los otros se consiguió completar la ruta. Casi 60 kms y mas de 1000 mts de desnivel, no está mal.

DATOS DE LA RUTA