Al poco de descender de las antenas no encontramos con Juan “el china” otro de los decanos de la btt que venía de hacer el recorrido inverso al nuestro, pero subiendo desde Guazamara por la rambla hasta Almagro… según sus palabras la rambla se encontraba estupenda para circularla y divertirse.
Al llegar al cortijo, ya más bien por curiosidad continuamos levemente por el camino y nos encontramos con otro par de ciclistas en su momento de avituallamiento. Esta vez se trataba de Manolo Masegosa y Joaquín “el Americano” a los que de nuevo les mostrábamos con altanería nuestra vestimenta. Su ruta pretendía continuar por el camino desde el cortijo intentando llegar hasta
Morales, El Americano y Manolo
Nos separamos cada par por su lado y conseguimos encontrar el camino deseado… toda esta parte era desconocida para Morales y sus brazos se resintieron en la cuesta de arena roja… donde yo volví a disfrutar como un niño. Ahora bien… tras descender la cuesta roja se llega a un cruce y nosotros tomamos la opción de la izquierda… avanzábamos y más cuenta me daba de que estábamos desviándonos del trazado correcto…
Encontramos a un amable señor montao en su tractorcito… Caballero pa Guazamara paónde?... y éste nos indica el camino correcto volviendo sobre nuestros pasos a la par que nos comenta que nos quedan unos cuantos Km… el pobre estaba preocupado por nuestra hazaña. Otro cruce equivocado otro amable señor que nos guía y luego por fin tomamos el camino correcto y ya sin complicaciones llegamos al destino buscado.
La idea original era la de enlazar con Grima y hacer la ruta del mosquito hasta la carretera de los Lobos a Terreros, pero el tiempo perdido entre los encuentros y las repetidas veces que erramos en el camino nos hicieron desistir… pero no obstante llegamos hasta Grima con la ilusión de ver el mirador de Grima.
Al entrar en Grima vimos los carteles anunciando el mirador, y como teníamos más en mente llegar al “lagar” y tomar uno de esos acuarius de cebada marca mahou… pues fuimos siguiendo las indicaciones para llegar… subimos una cuesta para arriba y… nos dimos de bruces contra una casa y no había mas camino para arriba, bajamos un poco y preguntamos a un anciano sobre como llegar al mirador… la respuesta del hombre fue contundente… El mirador es esto y aquí no hay más que ver que esto y a mi.
Pues si, eso era el mirador, un ensanche asfaltado con una balaustrada y un par de bancos de hormigón con un cartel, que no es por criticar… pero eso no es tanto como pa poner carteles de “EL MIRADOR” y repito que no se me mosquee nadie.
Tras detenernos y contemplar las vistas desde el citado mirador emprendimos el regreso a casa por el camino real a una velocidad más que aceptable. Hicimos una para técnica antes de la nave del perro cabrón… o perro de los cojo*** y en un tris estábamos en Cuevas, al llegar nos encontramos con Antonio de
En total salió una ruta de 60km a buen ritmo y con la sensación de que podríamos haber completado la parte del mosquito de no ser por el horario.
Ahora le toca el turno a la quedada dominguera
En principio debido a la incorporación de algunos ciclistas principiantes había programada una ruta de exigencia media con el fin de poder participar todos; la madrugada del domingo y siempre con una botella de cerveza en la mano Fernando consigue embaucarnos a Fran y a mi para hacer una subida previa a las antenas y luego regresar al punto de quedada a la hora prevista.
Finalmente y sin mucha resistencia Fernando el embaucador consigue su propósito (como de costumbre) y a las 8:30am de esa misma madrugada en apenas unas horas nos encontrábamos frente al centro de salud de Cuevas los tres insensatos ciclistas listos para coronar el pico cucharón (las antenas)
Las caras hablan por si solas y sabemos que nos somos nada mas que muertos en vida, vamos charlando tranquilamente y a un ritmo tranquilo hasta el Alhanchete, la mina de los tres Pacos y las rampas del camino de tierra hacen su aparición, a estas alturas yo ya había maldecido una y mil veces a Fernando por ejercer su influencia en mi y sacarme de la cama una hora y media antes de lo previsto anteriormente, pero es que al llegar a las rampas le maldije nuevamente pues mis piernas estaban acusando la jornada anterior mientras que él subía a plato a un ritmo demoledor… vamos que no le basta con fastidiarnos con la hora sino que nos impone un ritmo de locos.
Fernando iba todo el rato en cabeza y tras él, Fran y en última posición y con la lengua a la altura del suelo me encontraba yo. Cuando ya mi mente estaba más en bajar a dormir que en seguir sobre la bici al pobre Fran se le atora la cadena entre los radios y el cassette (el de la bici, no uno de camela ni na de eso), perdimos unos minutos para conseguir deshacer el problema, tiempo que nos vino genial a Fan y a mi para recuperarnos y poder continuar.
Justamente cuando el camino de tierra desaparece para dejar paso al hormigón, en el cruce de los Mohinos, Fernando comprueba que su rueda trasera está pinchada lo que nos retrasa un poco más y ya sin apenas tiempo desistimos de coronar las antenas y para abajo en busca del resto de los ciclistas.
Puesto que no habíamos sobrepasado de la hora de quedada, acuerdo con Morales que una vez reunidos ellos circulen por el camino del río hasta encontrarnos; en el cruce del vivero aparecen solamente dos VandeRuta enfundados en su ropita nueva, Diego Pelegrín otra vez sin
Miguel me recrimina el no contar con él para el ascenso a las antenas, pero me perdona pronto… y Diego que ya le habíamos probado en llano lo teníamos que probar en ascenso y para ello nada mejor que una buena subida hasta el pantano.
Diego ya había subido al pantano la tarde anterior, pero pecó de novato y abusó del molinillo y eso fatiga demasiado las piernas, pero en el ascenso dominguero se estaba portando como un profesional.
Morales con ganas de gresca se deja enredar por Fernando y el uno con el otro se van picando, claro como Fernando se aburre de ir lento pues busca guerra que casi siempre encuentra a un Guerrero como yo para plantarle minimamente cara, pero esta vez le tocaba a Morales seguirle el rollo, entre tanto Fran que seguía a su ritmo y diego y yo al nuestro.
Fran ha sido adoptado por los VandeRuta, y además entra con galones pues realmente se nota que tiene km a sus espaldas y que va a plantar cara a Fernando cuando consiga una montura nueva, somos cada vez una familia más grande…
Diego, Morales, Fernando, Guerry y Fran
Para continuar con las subidas y mostrar lugares desconocidos y bellos al pelotón decidimos subir por el camino de tierra que hay al terminar las cuestas del caracol, aquí los rampones obligan a tirar de reservas de energía a algunos para poder continuar, Diego y yo cerrando grupo pero siempre con el resto a la espera y sin abandonar a nadie (normal el único que conoce ese camino soy yo… y era el penúltimo) llegamos al ensanche donde termina el camino y tras desistir por el momento de explorar la vereda que aparece comenzamos con el descenso.
Morales está mejorando muchísimo su técnica y Diego soporta estoicamente mis sermones sobre culo patrás y brazos flexionaos…
Bajamos por las cuestas del caracol hasta el canal de remo, circulamos por el merendero y llegamos hasta el Alhanchete de nuevo, Cupillas y la temible cuesta de
Fernando va todo el rato retando a Morales que le sigue el juego estaban en cabeza y Morales lanza un ataque rápidamente respondido por Fernando yo me encontraba algo retrasado respecto a ellos pero estaba decidido a vencer a Morales y éste al ver que Fernando se le escapaba sin contemplaciones decide bajar el ritmo mientras que yo le sobre paso…
Bajamos por el camino que da a parar frente al campo de fútbol y tomamos el camino a fuente Álamo, Fernando sorprendentemente me comenta en voz baja que está empezando a notar algo parecido al cansancio… y claro está eso no es como para callarlo y alzo la voz para contarlo.
Tras una breve pausa en la fuente tomamos el camino que pasa por